El infierno está en nosotros*

Sé que sonará antipático, simplificador y hasta inoportuno para muchos: el único derecho que los presos no tienen es el derecho a la libertad. Sí son dueños, aunque hayan cometido crímenes, de su derecho a la vida, a la educación, a la salud, a la vivienda digna, a la recuperación de su existencia. Hace mucho tiempo que las cárceles uruguayas se alejaron de este criterio (¿tal vez nunca lo vivieron?) y como nos recuerda cada tanto el Comisionado Parlamentario Juan Miguel Petit, casi 7 de cada 10 personas privadas de libertad vuelven a cometer delitos. Es un círculo del infierno: en Uruguay recuperan su libertad 6.000 presos al año, y más de 4.000 de ellos vuelven al delito. ¿Quién habla de esto? ¿En qué presupuesto está la cobertura de las necesidades? ¿De qué plataforma política, social o partidaria forma parte este problema? ¿Sabe usted cuánto gana el director de una[…]

Maldito balotaje (o la naranja seca)*

La iniciativa política de Julio María Sanguinetti puede ser la última que se tome en el país, antes de la Copa del Mundo. Confieso que me da pereza, mucha pereza pensar en el Uruguay que se asoma y se dispone, luego de la fiesta global del fútbol, a iniciar el largo proceso de formación del próximo Gobierno. No quiero ser mal interpretado: celebremos la política, el debate, la elaboración exigente de preferencias ciudadanas, la contienda de ideas y proyectos…la democracia republicana al fin y al cabo. Lo que me desanima es que vamos -otra vez- a caer en la pendiente del balotaje, en el país de los dos bloques enfrentados, vamos al Uruguay de las mitades que no se hablan, o apenas lo hacen. Esta naranja partida al medio ya no da más jugo. El doctor Sanguinetti es uno de los más experimentados políticos del país. Es probable que su[…]

Los exámenes que nos faltan rendir*

Hay dos cosas que aún no sabemos: qué ocurrirá cuando el Frente Amplio pierda el gobierno y en qué estado quedará nuestra convivencia política. Respecto de lo primero, ¿hay que preocuparse por cómo reaccionará el Frente ante una derrota? Yo creo que sí. En su interior existe un núcleo muy consistente que concibe la política en términos de correlación de fuerzas entre bandos irreconciliables -un ejemplo reciente fue la declaración de su Mesa Política respecto de Venezuela en diciembre (1)-, y hay muy buenas razones para pensar que al menos los  sectores que integran este núcleo no aceptarán una derrota electoral como parte de la normalidad democrática. En tal caso, ¿qué harán con su enorme poder de presión extraparlamentario? En cuanto a lo segundo, están en crisis los presupuestos para la convivencia democrática que se establecieron entre 1916 y 1919 y marcaron la vida del país durante algo más de[…]

Argumentos para las exoneraciones impositivas*

Considero que son endebles los eslabones argumentales que conectan la propuesta de eliminar las exoneraciones fiscales a las empresas que realizan aportes a las universidades privadas con un ataque a la libertad de enseñanza. Entre otras cosas, tales argumentos dejan a los autores de esa iniciativa amplios márgenes de maniobra para dejarla a salvo de dichas imputaciones. Entiendo que es posible adoptar una estrategia argumental más rendidora. A los efectos de elaborar esa argumentación alternativa he tratado, por lo pronto, de ajustarme a los siguientes criterios: en primer lugar, procuro atenerme y enfrentarme a la mejor versión posible de la argumentación esgrimible para eliminar las exoneraciones; en segundo lugar, trato de ubicarme en el marco de fundamentaciones que dieron lugar a las disposiciones tributarias que autorizan esas mismas exoneraciones. Con respecto a la acusación de que la iniciativa en cuestión adolece de sesgos perversos por responder exclusivamente a “razones políticas e ideológicas”, creo que se trata de un recurso argumental fácil de rebatir, sobre todo si se pretende asociar tales razones con supuestas intenciones de impulsar el progresivo desmantelamiento de las universidades privadas o, al menos, de reducir significativamente su capacidad de reclutar estudiantes en los sectores no aventajados. Y es que, en efecto, un argumento basado en la[…]

Ruleta rusa

En Gran Bretaña es más fácil dejar la Unión Europea que divorciarte de tu cónyuge. Esas fueron las palabras del economista norteamericano Kenneth Rogoff al conocer el resultado del referéndum británico. Y añadió: para las democracias eso es jugar a la ruleta rusa. Pues bien, esa es exactamente la sensación que dejó la convocatoria del 23 de junio: Gran Bretaña jugó a la ruleta rusa y se suicidó. Mucho se ha hablado y se seguirá hablando del enorme error en que incurrió David Cameron al convocar un referéndum completamente innecesario, con la única finalidad de disciplinar a un puñado de diputados rebeldes de su partido. Como dijo la escritora Joanne Rowling, Cameron pasará a la historia como el Primer Ministro que destruyó dos alianzas: la existente con la Unión Europea y la más preciada con Escocia que se remonta a 1707 (1). Del mismo modo se habla y se hablará[…]

Demasiada ciencia y poca política

Cuando empecé mis estudios universitarios ni siquiera existía la carrera de Ciencia Política. Corría el año 1988 y para saciar mi naciente vocación por el análisis político, impulsada en gran medida por la reconquista de la democracia, no tuve más remedio que inscribirme en la Facultad de Derecho. Si no me equivoco, solo en la carrera homónima –y tal vez en la de Relaciones Internacionales- existía la posibilidad de cursar ciencia política como asignatura. Créase o no, para la gran mayoría, estudiar politología equivalía por aquellos días a dedicarse a la política. Recuerdo incontables y frustrantes diálogos que finalizaban casi siempre con la sentencia “ah, claro, vos querés ser político” y no había explicación alguna capaz de levantar lo que, supongo por descarte y no sin un dejo de incomodidad, se expresaba como la única posibilidad. Hasta mis padres, siempre generosos impulsores de mis gustos e inclinaciones, se preguntaban si[…]

Pasados perdidos, ciudadanos en fuga

«Secundaria hará vigente una normativa en desuso que establece que los estudiantes de Ciclo Básico no se pueden retirar del centro educativo hasta que no hayan culminado su horario de clase. Además, se buscará que ya no se dicten clases los sábados.» Aulas adentro, Montevideo Portal, 08.11.2015 Noticias e informaciones como estas aparecen a menudo en la prensa y en la televisión. Describen un curioso proceso durante el cual lo que parece obvio, natural, o de sentido común,  por alguna razón devino extraordinario, arduo, casi irrealizable. Deberíamos, tal vez, si unas prácticas como estas aludidas en el epígrafe están inspiradas en la buena teoría o en la acción razonable, realizar un enorme esfuerzo en restituir una obviedad que ya no es tal. En cambio, como frente a una nube de polvo vivimos entre obviedades que requieren un desmontaje a fin de ser pensadas de nuevo. La gravedad de la situación educativa uruguaya alimenta[…]

Se suman propuestas para salir del impasse

El senador Pablo Mieres del Partido Independiente promueve la creación de un espacio socialdemócrata con inclusión de sectores del Frente y de los partidos tradicionales con los que cree que existen coincidencias. No aclara, sin embargo, si ese espacio se traducirá en un frente electoral, en la creación de un partido nuevo o en un avance hacia acciones comunes dentro de los marcos existentes (que, como se sabe, operan de manera fuertemente restrictiva para acordar con sectores pertenecientes a bloques distintos). Según informó El País el 04/12/2015, Mieres se entrevistó con el senador Jorge Larrañaga del Partido Nacional para realizar los primeros sondeos. Al salir del encuentro, Larrañaga declaró: «no se trata de una construcción que sea negacionista del Frente Amplio» sino que «la idea es construir un espacio superador, que reúna al arco opositor y también identifique coincidencias con sectores que están en el propio Frente». Según se desprende[…]

La senadora Topolansky le rinde (malas) cuentas a la parte equivocada

Refiriéndose a la actuación de la comisión parlamentaria que investiga la gestión de Ancap, la senadora Topolansky dijo: “… se habla de gestión y apareció sólo una irregularidad por una donación”. Y añadió: “donaciones hubo en todos los gobiernos, entre bomberos no nos vamos a pisar la manguera”. La senadora parece creer que la irregularidad del bando contrario neutraliza la del suyo propio, o sea: uno menos uno igual a cero. Pero no es a la oposición a quien debe rendirle cuentas (que en su acepción significa retrucar) sino a la ciudadanía que aporta el dinero que se usa indebidamente. Aquí la operación es: uno más uno igual a dos. En lugar de disculpar la propia falta resaltando la del contrario, debería esmerarse para que estas cosas no volvieran a ocurrir. En una columna anterior titulada El dictado de la transparencia proponíamos que una comisión parlamentaria estudiara los puntos ciegos[…]

Un horizonte tormentoso

En un acto del MLN-T, recordatorio de la muerte del Che y la toma de Pando, los diputados Sebastián Sabini y Alejandro Sánchez se expresaron en términos que se han vuelto peligrosamente reiterativos en los últimos años. El primero habló de acumulación del sector popular como un proceso evolutivo que no debería tener vuelta atrás (o sea, que no admite conciliaciones), caracterizó a la oposición democrática de desestabilizadora y añadió algo que debería alertar incluso a muchos de sus propios seguidores: la autonomía universitaria “no es una trinchera para defender ciegamente (…) no es lo mismo con un gobierno de derecha que con uno de izquierda”. Aquí dice dos cosas: 1) no hay asuntos morales compartidos con la oposición democrática, todo depende del signo del gobierno (en Una oveja negra al poder (1), Mujica justificaba la corrupción del gobierno de Lula, a tal punto llega la doble vara moral del[…]