Refiriéndose a la actuación de la comisión parlamentaria que investiga la gestión de Ancap, la senadora Topolansky dijo: “… se habla de gestión y apareció sólo una irregularidad por una donación”. Y añadió: “donaciones hubo en todos los gobiernos, entre bomberos no nos vamos a pisar la manguera”. La senadora parece creer que la irregularidad del bando contrario neutraliza la del suyo propio, o sea: uno menos uno igual a cero. Pero no es a la oposición a quien debe rendirle cuentas (que en su acepción significa retrucar) sino a la ciudadanía que aporta el dinero que se usa indebidamente. Aquí la operación es: uno más uno igual a dos. En lugar de disculpar la propia falta resaltando la del contrario, debería esmerarse para que estas cosas no volvieran a ocurrir. En una columna anterior titulada El dictado de la transparencia proponíamos que una comisión parlamentaria estudiara los puntos ciegos de la actividad pública, recomendara soluciones normativas y las plasmara en una Carta de Transparencia que se sometiera a la aprobación de todos los partidos. Por respeto a los ciudadanos las violaciones a la Carta Orgánica de las empresas públicas deberían ser severamente castigadas, no importa quién las cometa.
M.P.
Muy bien dicho!